Motagua sigue imparable y en la noche del jueves demostró que pasan por el mejor momento del torneo Apertura.
Motagua venció 2-0 a Marathón. Los dos goles del azul fueron obra de Israel Silva, quien ha demostrado que es una garantía en la zona de ataque. Hoy puedo decir que el brasileño no ha estado de paseo por Honduras.
El estadio Nacional fue testigo del buen nivel del equipo de Diego Vázquez. Motagua no cree en nadie y eso me gusta, es un equipo ganador.
Estos tres puntos son valiosísimos. El Ciclón Azul suma 21 unidades y ocupan el segundo lugar. Honduras Progreso es el líder con 25 puntos.
Equipo fantasma
Por otro lado, Marathón se hunde cada vez más, es evidente que los jugadores no entraron enchufados en el juego.
A los dirigidos de Jairo Ríos les está pasando factura la denuncia de su presidente Yankel Rosenthal, quien es acusado de lavado de activos por la justicia de Estados Unidos.
Una pena que el imperio del equipo verdolaga se esté destrozando lentamente. Marathón fue un equipo fantasma y si siguen jugando así fijo les espera las puertas del descenso.
Confío en Motagua
Motagua irá este martes por la hazaña en el torneo de la Concachampions. Si lo azules quieren seguir soñando deben meter cinco goles al América de México. Soñar no cuesta nada y Motagua puede hacer historia. Confío en este buen grupo de jugadores.
MOTAGUA: Marlon Licona, Juan Pablo Montes, Henry Figueroa, Júnior Izaguirre, Reinieri Mayorquín, Orlin Peralta, Irvin Reyna, Félix Crisanto, Santiago Vergara, Erick Andino, Israel Silva.
MARATHÓN: Rafael Zúniga, Luis Palacios, Carlos Palacios, Walter Martínez, Daniel Tejeda, Mauricio Sabillón, Samuel Córdoba, Gregory Vargas, Jhon Paul Suazo, Diego Reyes y Georgie Welcome
Lo bueno: Israel Silva pasa por un gran momento. Los botines del brasileño están encendidos y la familia motagüense goza de sus goles.
Lo regular: La media cancha del azul por momentos desaparece y ahí es cuando los rivales los vacunan. El capitán Júnior Izaguirre les llamó la atención a Reinieri Mayorquín e Irvin Reina por la falta de marca.
Lo malo: Marathón se vino a entregar a la capital. Fue un equipo fantasma y no generó ocasiones claras de gol. Perdieron el espíritu deportivo.