John Lennon: “Si existe los genios… yo soy uno de ellos”
John Lennon cumple hoy 75 años. Digo cumple porque este loco no ha muerto como andan diciendo por allí. Sigue vivo en su música y en sus pensamientos.
www.radiohouse.com le rinde un humilde homenaje hoy publicando partes de esta legendaria entrevista con la revista Rolling Stone.
Lennon la concedió en Nueva York el 8 de diciembre de 1970, poco tiempo después de terminar los álbumes (John Lennon/Plastic Ono Band y Yoko Ono/Plastic Ono Band) en Inglaterra.
El encargado de realizarla fue Jann Wenner, fundador de la publicación.
La entrevista causó gran impacto por la franqueza con que se desarrolló el diálogo.
Lennon, que acababa de cumplir 30 años, desmenuzó la historia de los Beatles sin titubear y habló con crudeza de Paul, George y Ringo, además de revelar cómo funcionaban creativamente y dar cuenta de su personal visión del mundo.
“La entrevista con Lennon -diría Wenner- fue la más importante y también el punto culminante del concepto mismo de lo que hoy conocemos como Rolling Stone Interview”.
¿Qué te parece este álbum, Plastic Ono Band?
Creo que es lo mejor que hice en toda mi vida. Pienso que es realista, que es leal al yo que estuvo desarrollándose a través de los años. I’m a loser, Help, Strawberry Fields, son todos temas personales.
Siempre que pude, escribí sobre mí. Realmente nunca me gustó escribir canciones en tercera persona acerca de gente que vivía en departamentos de cemento y esas cosas.
A mí me gusta la música en primera persona, pero, por mis cuelgues, sólo de cuando en cuando escribía sobre mí. Ahora, todo lo que compuse habla de mí. Ese soy yo, y nadie más. Y por eso me gusta. Es real. Eso es todo.
Yo no conozco nada más, en serio, y las pocas canciones verdaderas que escribí fueron como Help y Strawberry Fields. Esos fueron los que siempre consideré mis mejores temas, los que realmente compuse a partir de mi propia experiencia y no proyectándome en una situación, para componer una linda historia al respecto.
Esa actitud siempre me pareció falsa, pero ocurría porque tenía que producir tanto trabajo o estaba tan colgado que no podía pensar en mí.
En este álbum casi no usás lenguaje figurado.
Porque no tenía nada de eso en la cabeza. No tenía alucinaciones.
No hay “taxis de papel de diario”.
En realidad, esa es una frase de Paul. Yo era consciente de que escribía poesía y, entonces, lo que hacía era una poesía autoconsciente. Pero la poesía de este álbum es superior, porque carece de esa conciencia sobre sí misma. Me costó menos escribir las canciones de siempre.
¿Cómo armaste esa letanía en “God”?
¿Qué es “letanía”?
“No creo en la magia”, esas clases de declaraciones de principios.
Bueno, como la mayoría de las letras, me salió de la boca. Armé God con partes de casi tres temas distintos. Yo tenía la idea de que “Dios es el concepto a través del cual medimos el dolor”.
De modo que cuando tenés una letra así te sentás y cantás la primera melodía que se te ocurre, y la melodía es sencilla -porque me gusta ese tipo de música-. Después, el resto viene solo. Me daba vueltas en la cabeza y yo armé los primeros tres o cuatro acordes, lo demás salió solo. Sea lo que fuere que haya salido.
¿Cuándo supiste que estabas trabajando en dirección a “I Don’t Believe in Beatles” (No creo en los Beatles)?
Se me había escapado de las manos y Beatles era lo último, porque yo ya no creo en los mitos y Beatles es otro mito. No creo en eso. El sueño terminó. No estoy hablando sólo de los Beatles, estoy hablando de la cuestión generacional. Se acabó, y ahora tenemos que dedicarnos -al menos yo tengo que dedicarme- a eso que llaman la realidad.
¿Por qué agregaste ese tema al final del disco, “Mummy’s Dead” (Mamá está muerta)?
Porque eso es lo que pasó. Todas estas canciones me salieron de adentro. Yo no me senté a componer pensando “Voy a escribir sobre mamá”, ni me senté a pensar “Voy a escribir acerca de esto, aquello o lo de más allá”.
Iban saliendo, como el mejor trabajo que pueda hacer cualquiera, ya sea un artículo periodístico u otra cosa. Lo mejor es lo que sale espontáneamente, y todas estas canciones salieron así porque yo tenía tiempo. Si estás de vacaciones o hacés terapia, donde estés, si te tomás un poco de tiempo… Como en la India, donde escribí la última tanda de mis mejores temas, como I’m so tired” y Yer Blues.
Siempre me llamó la atención como algo -¿cuál es la palabra?, ¿extraño?, ¿irónico?-, que los estuviera escribiendo supuestamente ante la presencia de un gurú, y mientras meditaba tantas horas por día; temas como I’m so tired”, u otros con tanto dolor como Yer Blue, donde realmente decía lo que sentía. Estaba ahí sentado, en el campamento del Maharishi, escribiendo I wanna die… (Quiero morir).
¿En Yer Blues quisiste hacer una parodia del mundo del blues en Inglaterra?
Un poco. Yo me siento algo inseguro. Los Beatles eran personas superinseguras en relación con las parodias que hacíamos y hacemos de lo yanqui.
Sé que hemos desarrollado nuestro propio estilo pero, de alguna manera, igualmente parodiábamos la música yanqui… Esto es interesante: en los primeros tiempos, en Inglaterra, todos los grupos eran como Elvis, con una banda de apoyo.
Los Beatles, deliberadamente, no nos movíamos como Elvis. Esa era nuestra política, porque nos parecía estúpido y exagerado.
Después salió Mick Jagger y resucitó el “movimiento excesivo”, sacudiendo el culo. Entonces la gente empezó a decir que los Beatles estaban pasados de moda, porque no se movían. Pero nosotros lo hacíamos de manera consciente.
Cuando éramos más jóvenes nos movíamos, saltábamos de aquí para allá y hacíamos todas las cosas que se están haciendo ahora, como subir al escenario con tablas de inodoro y cagar y mear.
Eso es lo que hacíamos en Hamburgo, y lo rompíamos todo. No lo inventó Pete Townshend, es algo que hacés cuando estás tocando seis o siete horas. No hay otra cosa para hacer: rompés todo el local e insultás a todo el mundo. Pero nos fuimos puliendo, y dejamos de hacer eso y… ¿Cómo es que llegamos acá..?
¿Cómo fue tu experiencia con la heroína?
No fue muy divertido. Nunca me la inyecté. Aspirábamos un poco cuando estábamos realmente con mucho dolor. Todos nos criticaron tanto, y me tiraron tantas pálidas a mí y a Yoko, sobre todo a Yoko… Como Peter Brown, en nuestra oficina -y esto lo podés incluir-… Cuando volvimos, después de seis meses, viene y me da la mano, y a ella no le dice ni “hola”. Eso pasa todo el tiempo. Y nos hace sentir tanto dolor que algo tenemos que hacer. Y eso es lo que nos ocurrió. Tomamos heroína por lo que nos estaban haciendo los Beatles y los demás. Pero pudimos salir.
¿Te sentís incómodo cuando escuchás el álbum y pensás qué tan personal e íntimo es?
Me siento incómodo. A veces lo puedo escuchar y, quizá, me siento incómodo cuando escucho la música o las declaraciones; otras veces, no. Cambio todos los días. A pocos días del lanzamiento, no soportaba escucharlo en casa ni podía tocarlo en ningún lado, pero unos meses antes hubiera podido escucharlo todo el tiempo.
¿Cuál es tu concepto de dolor?
No sé a qué te referís, realmente.
En la canción God empezás diciendo: “Dios es un concepto con el cual medimos nuestro dolor…”.
Bueno, el dolor es el dolor que sufrimos todo el tiempo. Nacemos en dolor. Dolor es lo que sentimos la mayor parte del tiempo. Cuanto más grande es el dolor, más Dios buscamos.
Existe muchísima literatura filosófica relativa a Dios como medida del dolor.
Jamás supe que existiera, porque fue mi propia revelación. No sé quién escribió sobre esto, ni lo que dijeron los demás. Yo sólo sé que eso es lo que yo sé. Sólo lo sentí. Era como si estuviera crucificado cuando lo sentí. Así que ahora sé de lo que están hablando.
Leí una entrevista corta que te hicieron cuando fuiste al Rock & Roll Revival, hace más de un año, en Toronto. Decías que estabas vomitando antes de subir al escenario.
Sí, vomité durante horas antes de subir. Leí una entrevista en Rolling Stone, la de la película (Toronto Pop, de D. A. Pennebaker), que todavía no vi, y decían que yo estaba así y asá. Estuve a punto de vomitar mientras hacía el show. Casi no podía cantar ninguno de los temas. Estaba súper descompuesto.
¿Estarías tan nervioso si aparecieras en público ahora?
Siempre estoy nervioso. No creo que me sirva de mucho aparecer en vivo ahora; no vale la pena el estrés. No me interesa mucho tocar para la gente.
Qué pensás del álbum de George, “ll Things Must Pass?
No sé… Creo que está bien. Personalmente, en casa, no pondría ese tipo de música. No quiero ofender a George; no sé qué decir del álbum. Creo que es mejor que el de Paul.
¿Qué pensaste del de Paul, McCartney?
El primer disco como solista de Paul es basura. Esperaba más. Paul es capaz de grandes trabajos. Muy en el fondo yo quisiera ser el único en el mundo capaz de escribir grandes canciones. Creo que hará uno mejor cuando le agarre el miedo y se vea obligado. Pero pensé que ese primero era un montón de… ¿Te acordás de lo que te dije cuando salió? Liviano y fácil. Así que después escucho los temas de George en la radio y, entonces, me parece que son bastante buenos. Mis gustos personales son muy extraños.
¿Cuáles son tus gustos personales?
A mí me gusta el rock & roll, man. No hay mucho más que me guste.
¿Por qué rock & roll?
Esa es la música que me inspiró. Conceptualmente no hay nada que sea mejor que el rock & roll. En mi opinión, no hay ningún grupo, llámense Beatles, Dylan o Stones, que haya producido algo mejor que Whole Lot of Shakin, de Jerry Lee Lewis. O, quizá, ya estoy como nuestros padres: ésa es mi época, me gusta y nunca la quiero abandonar.
¿Qué opinás de la escena del rock & roll hoy?
No sé lo que es. Tendrías que decirlo vos. Yo no creo que haya…
¿El Top Ten te da algún placer?
No, nunca lo escucho, excepto cuando estoy grabando o si estoy por editar algo. Justo antes de grabar salgo a comprar unos álbumes para ver qué es lo que están haciendo los demás.
Si mejoraron algo, o si pasó algo. Y lo cierto es que nunca pasó nada. Hay un montón de guitarristas y músicos grandiosos, pero no pasa nada. No me gusta esa mierda de Blood, Sweat and Tears. Todo eso me parece una sanata.
El rock & roll se está pareciendo al jazz, por lo que yo veo, y todos los macaneadores están buscando una excelencia a la que yo nunca le tuve fe. Considero que estoy en la vanguardia del rock & roll, porque estoy con Yoko, y ella me enseño mucho, y yo le enseñé mucho a ella, y creo que eso se escucha en el álbum de Yoko.
Es extraño que George se aparezca con Hare Krishna y que vos te aparezcas justo con lo contrario, especialmente después de haber pasado por esa etapa.
No me imagino lo que opina George. Bueno, supongo que piensa que me perdí o algo así. Pero lo que yo siento es que volví a casa. Ya no cambiaré mucho.
Siempre se hablaba de los Beatles -y los Beatles hablaban de sí mismos- como cuatro partes de una misma persona. ¿Qué pasó con esas cuatro partes?
Recordaron que eran cuatro individuos. Verás, nosotros también creíamos en el mito de los Beatles. No sé si los demás siguen creyendo en el mito. Éramos cuatro niños… Yo conocí a Paul y le dije: “¿Querés formar parte de mi banda?”. Después entró George y después Ringo. Sólo éramos una banda que tuvo mucho, mucho éxito, eso es todo. Nuestros mejores temas jamás se grabaron.
¿Por qué?
Porque éramos performers –a pesar de lo que diga Mick de nosotros-, en los clubes de Liverpool, Hamburgo y otros lugares. Cuando tocábamos rock puro, lo que generábamos era fantástico, y no había nadie que nos llegara a los talones en Inglaterra. Cuando alcanzamos el éxito, lo logramos, pero al mismo tiempo perdimos algo muy nuestro.
Brian Epstei nos hizo vestir de traje y todo eso, y tuvimos un éxito sensacional. Pero nos agotamos. La música había muerto antes de que nos fuéramos de gira por los teatros de Inglaterra.
Ya nos sentíamos para la mierda, porque habíamos tenido que pasar de tocar una o dos horas a tocar veinte minutos, lo cual nos venía bien por un lado pero, por otro, nos obligaba a repetir los mismos veinte minutos todas las noches.
Entonces fue cuando se murió la música de los Beatles. Por eso nunca mejoramos como músicos; nos matamos en ese momento, para llegar al éxito. Y ése fue el final.
George y yo somos los que más tendemos a decir eso; siempre extrañábamos los tiempos en que tocábamos en los clubes, porque era entonces cuando hacíamos música.
Después nos convertimos en artistas de estudio de grabación, técnicamente eficientes -que era otra cosa-, porque éramos competentes y, no importaba el medio en que nos metieran, siempre podíamos lograr algo valioso.
¿Por qué te llevás bien con Ringo?
Porque a pesar de todas las cosas, los Beatles realmente podían tocar música juntos cuando no estaban presionados; y si yo ponía algo en marcha, Ringo sabía adónde ir, así no más. Y lo hacía bien. Hace tanto que tocamos juntos que encajamos. Es lo único que a veces extraño, eso de poder parpadear o hacer un cierto ruido y tener la certeza de que todos sepan hacia dónde vamos. Pero tampoco lo extraño tanto.
¿Cómo te evaluás como guitarrista?
Bueno, depende del tipo de guitarrista. No soy malo. Tampoco soy bueno, técnicamente, pero la puedo hacer aullar y moverse. Yo era guitarrista rítmico. Es una tarea importante. Puedo hacer andar una banda.
¿Cómo evaluás a George?
Es bastante bueno (risas). Me prefiero a mí mismo, para ser honesto. En realidad, me da vergüenza, por un lado, por lo mal que toco la guitarra. Nunca me puedo mover, pero puedo hacer hablar a una guitarra.
¡Cuando Paul se sentía generoso me daba un solo! Quizá si se sentía culpable -porque tenía casi todo el lado A, o algo así- me concedía un solo. Así que toqué el solo en ese tema. Creo que George interpretó maravillas en la guitarra. Pero creo que está demasiado colgado como para soltarse, realmente.
De hecho, lo mismo le pasa a Eric. Quizás haya cambiado. Están todos tan colgados. Todos estamos colgados, ése es el problema. A mí, realmente, me gusta B. B. King.
No quiero juzgarlo. George no ha hecho su mejor trabajo todavía. Su talento se ha desarrollado con el tiempo y él estaba trabajando con dos compositores brillantes y aprendió bastante de nosotros. A mí no me hubiera importado ser George, el hombre invisible, y aprender lo que él aprendió.
¿Te gusta el disco country que grabó Ringo, Beaucoups of Blues?
Me parece que es un buen disco. Sabés que a mí no me convence eso, pero creo que es un buen disco, y me dio una agradable sorpresa escuchar Beaucoups of Blues, el tema. Me puse contento y no tuve tanta vergüenza ajena como con el primer álbum.
Es difícil cuando me preguntás esas cosas. Preguntame acerca de otra gente, porque queda horrible que diga que me parece feo esto y que me parece feo aquello. Ocurre que, realmente, tampoco son muchos los discos que me gustan de los Beatles.
Quiero hacerte una pregunta sobre Paul y extenderme en ese tema. Cuando fuimos a ver Let It Be en San Francisco, ¿qué sentiste?
Me dio tristeza, sabés. Esa película la preparó Paul para Paul. Esa es una de las razones principales por las que se terminaron los Beatles. No puedo hablar por George, pero sé muy bien que nos hartamos de ser los laderos de Paul.
Eso es lo que pasó después de la muerte de Brian. En esa película, el trabajo de cámaras estaba preparado para mostrar a Paul y a nadie más. Y así es como yo lo sentía. Encima, los que la filmaron lo hicieron como si Paul fuera Dios y nosotros, unos tipos que andaban por ahí.
Y sabía que había tomas de Yoko conmigo, que fueron quitadas del film por la sencilla razón de que la gente estaba orientada por Engelbert Humperdinck. Me daba náuseas.
¿Cómo rastrearías la historia de la separación de los Beatles?
Después de la muerte de Brian nos vinimos abajo. Paul tomó el mando y se supone que nos dirigía. Pero, ¿qué significa dirigirnos cuando, en realidad, estábamos dando vueltas en círculos? En ese momento nos separamos. Allí comenzó la desintegración.
¿Cuándo sentiste por primera vez que los Beatles se habían separado? ¿Cuándo tuviste conciencia de esa idea?
No me acuerdo, ¿sabés? Yo estaba hundido en mi propio dolor. En realidad, no estaba prestando atención. Los Beatles se separaron después de que Brian murió. Entonces hicimos el álbum doble. Era como si tomáramos cada tema y lo hiciéramos todo mío y de George. Es como te lo conté tantas veces: por un lado, estaba sólo yo con un grupo de apoyo y, por otro, sólo Paul y un grupo de apoyo. Y yo lo disfruté. Después nos separamos.
¿Qué sentiste cuando murió Brian?
Lo que siente cualquiera cuando se le muere alguien cercano. Hay una especie de risa histérica, de “menos mal que no soy yo”, o algo así. No sé si sentiste esto, pero a mí se me murió mucha gente, y la otra sensación es: “¿Qué mierda puedo hacer?”.
Entonces supe que estábamos en problemas. No me hice ilusiones sobre nuestra habilidad para hacer cualquier otra cosa que no fuera música, y tuve miedo. Pensé: “Se nos fue todo al carajo”.
¿Qué ocurrió inmediatamente después de la muerte de Brian?
Bueno, fuimos con Maharishi… Recuerdo haber estado en Gales, pero nada más. Quizá tendría que tener una de esas malditas sesiones primales para recordar esto. No me acuerdo. Sólo sé que sucedió.
¿Cómo reaccionó Paul?
No sé cómo lo tomaron los demás, no vale la pena ni siquiera preguntármelo… Es como si me preguntara cómo lo tomaste vos. No sé. Yo estoy dentro de mi propia cabeza, no puedo estar dentro de la cabeza de los demás.
No sé realmente lo que piensan George, Paul o Ringo. Los conozco bastante bien, pero no conozco a nadie a tal punto. Yoko es, más o menos, la persona que mejor conozco. No sé cómo se sentían ellos. Era mi rollo. Estábamos todos aturdidos.
Así que Brian murió, y después Paul comenzó a tomar las riendas…
Sí. No sé cuánto de esto me gustaría que se publicara. Paul tenía la impresión -y la sigue teniendo, como un padre- de que tendríamos que estarle agradecidos por lo que hizo para que los Beatles siguieran adelante. Pero si mirás hacia atrás, objetivamente, descubrís que nos hizo seguir adelante en su propio beneficio. ¿Paul luchaba por mi bien?
Paul intentó seguir como si Brian no hubiera muerto, diciendo: “Vamos, muchachos, hagamos un disco”. Siendo como soy, pensé: “Bueno, no vamos a tener problemas en hacer un disco, yo le sigo la corriente”. Y entonces hicimos Magical Mystery Tour.
Paul tenía la costumbre de decirnos que había escrito diez canciones, así que podíamos grabar. Y yo decía: “Bueno, danos unos días, así yo también preparo algo”. Magical Mystery Tour fue algo que habíamos preparado con Mal Evans.
Paul dijo: “Bueno, acá tenés una parte, escribite algo”. Y yo pensé: “¡Qué diablos!”, y me fui a escribir la secuencia del sueño para esa mujer y toda la cuestión del espagueti. Entonces George y yo nos quejábamos un poco de la película de mierda, y pensamos que era mejor que lo hiciéramos.
Teníamos la sensación de que nos debíamos a nuestro público y que teníamos que hacer esas cosas.
¿Cuándo se acabó la sociedad que tenías con Paul para componer canciones?
Eso terminó… no sé, más o menos en 1962, por ahí. Si me das los álbumes te puedo decir exactamente quién compuso qué, cada verso. A veces escribíamos juntos. Todos nuestros mejores trabajos -sacando los temas de la primera época, como I Want to Hold Your Hand, que compusimos juntos- los escribimos cada uno por su lado.
¿Creés que sos un genio?
Sí. Si es que hay algo que se pueda llamar así, yo soy uno de ellos.
¿Cuándo te diste cuenta?
Cuando tenía 12 años. Entonces me decía “debo ser un genio, pero nadie se ha dado cuenta”. O soy un genio o estoy loco. Si nadie me ha encerrado entonces debo ser un genio. Ser genio es una forma de locura. Yo no me volví genio cuando aparecieron Los Beatles. Yo he sido así toda mi vida.
Ser genio es dolor. La creación es un resultado del dolor. Hay que ponerlo en algún lugar, y yo escribo canciones, ¿sabes?
¿Cuál considerás que es tu mejor canción?
Walrus, Strawberry fields, Help, In my life, esas son algunas de las favoritas.
¿Por qué Help?
Porque era verdad. Quería decir eso. La letra es tan buena ahora como lo era en ese entonces. Me hace sentir seguro saber que era tan sensible y me conocía tan bien, sin necesidad de ácidos o nada de eso. Era solo yo cantando Help, y es lo que quería decir. También me gusta Across the universo.
¿Por qué escogés esa en particular?
Porque es una de las mejores letras que he escrito. Podría ser incluso la mejor. Es buena poesía, aun sin música. Las canciones que me gustan son las que se tienen solas por sus letras, sin necesidad de la melodía. No necesitan melodía. Son poemas. Podría leerlos.
¿A qué atribuís el hecho de que el impacto de Los Beatles fue más grande en Estados Unidos que en otras partes?
El césped siempre es más verde del otro lado, y además ya éramos verdaderamente profesionales para cuando llegamos a Estados Unidos. Ya sabíamos cómo manejar la prensa. La prensa británica es la más dura del mundo. Después de ellos podíamos manejar a cualquiera. Ya sabíamos que nos iba a ir bien.
Cuando llegamos acá todos los estadounidenses caminaban por ahí vestidos en bermudas y con pelo corto y las niñas parecían salidas de los años cuarenta. No había concepción de cómo vestirse. Veíamos que teníamos más estilo que ellos.
Nos burlábamos de Estados Unidos excepto por la música, y era la música negra la que nos gustaba.
Si pudieras volver a empezar, ¿volverías a ser un Beatle?
Si pudiera ser un maldito pescador lo sería. Si tuviera la capacidad de ser cualquier cosa menos lo que soy, lo sería. No es divertido ser un artista. Es una tortura.
La gente como yo está al tanto de su genialidad. A los diez, a los nueve, a los ocho años, yo me preguntaba cómo es que nadie me ha descubierto en la escuela.
¿Es que no se dan cuenta que yo soy más inteligente que cualquier persona en esta escuela? ¿Que los profesores son también tontos? Yo me di cuenta de eso mucho antes de Los Beatles.
Yo le decía a mi tía, botaste mis poesías a la basura y lo vas a lamentar cuando sea famoso. Nunca la perdoné por no tratarme como un maldito genio o lo que fuera que yo era cuando era un niño. Era obvio para mí que yo era distinto. ¿Por qué nadie se daba cuenta?