Como diría Eduardo Bennett: “¡Mamita Querida!”.
Vaya momento el que me esperaba la tarde del miércoles en RadioHouse, me tocaba entrevistar a una de las personas más conocidas dentro del arbitraje en nuestro país, hablo del polémico Mario Moncada.
Para mí era como un encuentro del viejo oeste, vería a los ojos a un arbitro que siempre consideré que pitaba injustamente los partidos de mi equipo, el Motagua, sentía que siempre señalaba todo en nuestra contra, pero en aquel entonces no miraba el fútbol como lo veo hoy, además de que no me quitaba esa camiseta para nada, ahora me toca hacerlo.
Un árbitro, muchos insultos, diferentes emociones y sobre todo una vida. Así se resume la historia de Mario Moncada dentro del arbitraje catracho, considerado por algunos como el mejor árbitro que ha tenido Honduras.
Una persona muy seria dentro del terreno de juego, pero fuera de él es alguien tranquilo y amable, alguien que no busca problemas con nadie y que disfruta de su diario vivir.
Tenía enfrente a un réferi, así que se me vinieron a la mente muchas preguntas, las cuales tuve que hacer, no me podía quedar con la pica.
Yo elegí estudiar periodismo porque es algo que me gusta, pero si me pongo a pensar en un árbitro, la pregunta que me hago es cómo carajo llegó a ser árbitro.
¿Jugó fútbol en alguna ocasión de su vida?
“Sí, jugué pero no profesionalmente, pues cuando me quisieron traer al Real Maya no quise, ya que aquí me pagaban muy poco, me iba mejor en Talanga con los pequeños negocios que tenía. Aclaro, no era muy bueno, en realidad creo que era el más malo del pueblo, pero si el más corajudo”.
¿Entonces, cómo llega al arbitraje?
Su respuesta fue algo inesperado para mí, pensé que me diría que en el pasado su padre o su abuelo fue árbitro, pero me equivoqué.
“Llego por pura coincidencia, un día íbamos a jugar una final de fútbol en un campeonato en Talanga y ese mismo día también se disputaba el tercer lugar. Como es costumbre el primer partido fue el de menos importancia y el árbitro de ese encuentro trabajaba conmigo, es un gran amigo mío, y en los últimos minutos del primer tiempo le pegaron.
Yo quería jugar nuestro partido de la final, así que enojado tomé el pito y decidí pitar el juego y como yo levantaba pesas, me miraba bien corpulento y no tenía miedo de que me pegaran. Ese partido fue un domingo (por cierto, perdieron la final), me gustó y el lunes llegué a la filial en Talanga, me encontré con señores que estaban a punto de morir y les dije que quería ser árbitro”.
¿Y las pesas cómo por qué o qué?
“Ah, buena pregunta, lo que pasa es que fui fisicoculturista profesional, tenía mi propio gimnasio y competía en toda Honduras”.
Esto es algo que creo que solo su familia conocía. Curiosamente su desvinculación de este deporte tiene que ver con su llegada al arbitraje, pues me mencionó que se decepcionó de ese tipo de competencias porque se enteró que había mucha “mafia” dentro de los eventos, algo que no me sorprendió, pues estamos en Honduras.
¿Cómo fueron sus primeros pasos con el silbato?
“Fue extraño, ya que a los tres meses de haber ingresado a ese mundo ya dirigía partidos de segunda división sin siquiera saber cómo redactar un acta, pero yo no decía que no, después, dentro de seis u ocho meses ya pitaba en primera y así comenzó mi historia”.
¿Y su hermano Oscar cómo llegó al arbitraje?
“Yo lo convencí, ya cuando estaba afianzado pitando partidos importantes, llamé su atención y entro a este mundo conmigo”.
Por cierto, solo para que sepan, Oscar fue modelo, así que en la familia les gustaba llamar la atención de los demás, al menos eso parece.
¿Y su familia cómo reaccionó ante tal noticia?
“Lo más difícil que le puede pasar a una madre y a un padre es tener un hijo árbitro, no creo que existe un padre en el mundo que quiera que su hijo sea árbitro, ni siquiera yo (tiene tres hijos), por la forma en que nos tratan”.
Su padre es un amante del fútbol, antes del arbitraje iban cuantas veces podían a los estadios, pero desde que sus hijos se dedicaron a dicho trabajo, él ya no asiste a los inmuebles deportivos. Quizá puede ser que cada insulto que recibe un réferi lo toman como que fuera para su hijo, creo que en realidad puede ser incómodo.
¿Cómo era el arbitraje en Talanga antes de la llegada de los Moncada?
“Estaba en muy malas condiciones, es por eso que junto a Oscar logramos construir una buena filial como de 20 árbitros. Por eso peleo hoy, porque esa filial ha desaparecido gracias a las eminencias que han llegado a la Comisión Nacional de Arbitraje, no los han apoyado y estoy 100% seguro que en los pueblos hay buenos árbitros”.
¿Quién era Mario Moncada minutos antes de pitar un partido?
“En ocasiones mis compañeros me preguntaban si íbamos a planificar algo y yo les respondía directo:¡Y qué vamos a clasificar! Qué es lo que no saben díganmelo. El árbitro se equivoca, yo me he equivocado, pero estoy consciente que el árbitro debe ser un ser no humano.
¡Hoy es prohibido equivocarse! decía yo antes de cada encuentro, si actualmente este concepto se pusiera en práctica mejoraría ese tema en nuestro país”.
¿Por qué sale del arbitraje?
“Un día me llamaron de la Comisión Nacional de Arbitraje y me dijeron que estaban pidiéndome de por favor que me retirará del arbitraje (…) la excusa que me dieron fue que todos los equipos de Honduras cuando tenían partidos difíciles me pedían a mí y que eso les estaba quitando el espacio que podría ocupar un joven”.
Moncada me mencionó que habló con su familia sobre esa llamada y al final todos lo convencieron para que diera un paso al costado, regresó la llamada a la Comisión y aceptó su retiro. En esa misma llamada le informaron que pitaría su penúltimo partido en la final de la Liga de Ascenso y que después le harían un juego de despedida.
¿Cómo fue ese penúltimo partido en su carrera como árbitro?
Ese juego era una final de ascenso entre el Honduras Progreso y el Atlético Choloma, sin duda un encuentro que fue especial (…) cuando di el silbatazo final, me encamine hacia los camerinos triste, ahí es cuando la melancolía me invadió (…) fui al baño a ducharme, agaché mi cabeza y comencé a llorar, porque fue lo más terrible, aunque también se llora de alegría”.
¿Su último partido?
Un mes después de la final en ascenso me llaman y me piden que elija un partido para pitar y despedirme, yo les digo que eso está en manos de ustedes y luego me informan que será en el Estadio Nacional en un partido entre Motagua y Real España.
En esta ocasión me retiré con mi familia, fue un momento agradable cuando el día que venía de mi pueblo para acá, aparecieron mi esposa, mis tres hijos y mi nieto con las camisas que yo utilizaba como árbitro.
Un partido que no olvidaré por muchas cosas, una de ellas fue lo que me dijo un jugador emblemático como el ‘Palomo’ Rodríguez, quien me mencionó que solo ha cambiado una camisa en su vida como jugador, lo hizo con el mejor árbitro de Uruguay y que quería cambiar la de él con la mía y que para él era una desgracia que me habían sacado. Y cambie la camisa con Palomo”.
¿Qué piensa hoy en día de la Comisión Nacional de Arbitraje?
“El arbitraje de aquí no es autónomo, es direccional. Yo solicité a Alfredo Hawit mi deseo de convertirme en presidente de la Comisión, no para ser famoso, ni para lucrarme, si no para comenzar un proyecto de reestructuración del arbitraje en toda Honduras.
Hoy no me interesa la Comisión, no sé después, pero estoy casi claro que Alfredo no me dejará llegar, porque me conoce y no me someteré a directrices que me de alguien, como jamás me sometí”.
¿Intentaron manipularlo?
“Muchas veces, pero nunca me rendí a los pies de ellos (…) nunca quise ir a las citas que me daban algunos de ellos para que platicáramos cuando venía una final, no quise y siempre fui aguerrido, en reuniones me encaré a ellos, porque quise que el arbitraje se independizara”.
Muchos medios han publicado una declaración suya donde afirma que intentaron sobornarlo con 800 mil lempiras. ¿Es cierto?
“Lamentablemente sí, es algo que lo denuncié como árbitro, pero lo denuncié con las autoridades competentes, con el secretario de la Federación, Alfredo Hawit y después lo denuncié con el presidente con la Comisión Nacional de Arbitraje, Ricardo Estrada (…) les dije lo que había sucedido”.
Según afirma Moncada, dicho ofrecimiento de tan jugosa cantidad de dinero sucedió en una semifinal de la Liga Nacional y la realizó un amigo de él, es por ello que no revela su nombre, pero si dijo que actualmente esa persona es preparador físico de uno de los grandes equipos del fútbol hondureño.
¿Qué aprendí con Mario Moncada?
¡Uy! Me he enterado de cosas muy interesantes, no sé por donde empezar:
El protagonismo arbitral: “El hecho de que estas en medio de figuras te convierte en figura”.
Dirección arbitral: “Siempre he considerado que el arbitraje debe ser dirigido por ex-árbitros”.
Virtud arbitral: “La grandeza del árbitro es ser tolerante”.
De la cancha a la vida: “El árbitro aprende a no reaccionar”.
Arbitraje nacional: “Hay árbitros fuertes y hay débiles, en ocasiones les habla el instructor y les dice:
‘Mira fulano, en el minuto 30 una jugada que tuviste que sancionar como falta…’ y emocionalmente lo descontrola, es por eso que ahora dicen, un error tras otro error (compensación)”.
El fútbol y sus amistades: “Esta profesión me dejó grandes amistades, Jorge Ernesto Pineda, Carlos Martínez, Héctor Vargas, Diego Vásquez, Ninrod Medina, aunque no creas después de tanto pleito también amigo de Amado Guevara, gerentes y presidentes de los equipos”.
Mejor futbolista que miró en el campo: “Una respuesta difícil, miré a varios jugadores que lo deleitaban cuando se enchufaban a jugar, ver jugar a Amado Guevara, dedicándose a jugar y sin meterse con el arbitro eso era agradable al paladar futbolístico del mismo árbitro, un jugador que me encataba verlo, Mario Martínez, Wilson Palacios entre otros”.
Posición: Contención.
Su Actualidad
Mario Moncada forma parte del programa Vistazo Deportivo, dirigido por Kilvett Bertrand y transmitido de lunes a viernes a las 9:00 de la noche por Maya TV.
“Yo quería nada más llegar a comentar lo que conocía, el arbitraje, pero él (Kilvett) me dijo que no, que quería que comentara fútbol en general, que poco a poco iba a ir aprendiendo, desde ese día me presente y ya tengo 18 meses de trabajar con él.
Me han salido muchas ofertas para trabajar en televisión y creo que en Vistazo seguiré aprendiendo. Lunes y viernes hablando de arbitraje y el martes, miércoles y jueves del fútbol en general”.
Después de esta entrevista me atrevo a decir: ¡Mario Moncada a la Comisión Nacional de Arbitraje Carajo!
Por cierto, gracias al gran Sergio Montero por las fotografías, sos un crack con la cámara.
