Tengo buenos aleros en Motagua y me da mucho gusto el triunfo de 2-1 ante el Walter Ferreti de Nicaragua por el torneo de la Concachampios.
Aunque vi maleado a mi pana Sebastían Portigliatti, hey “Sebas”, tranquilo ombe , sos grande man, un monstruo en el marco y no ha pasado nada. Todos fallamos, no somos máquinas.
Te comiste el gol ante el Ferreti, pero has tapado más de mil balones en el marco matagüense. Una es ninguna “Che”.
También aplaudo a Diego Vazquez y jugadores, porque aunque Portigliatti salió emputado una vez que terminó el encuentro, sus compañeros le fueron a dar palabras de aliento. Eso se llama equipo y solidaridad señores. Eso indica que en el camerino del Ciclón Azul prevalece la camaradería.
Motagua sigue vivo en este certamen y nadie daba un peso por estos guerreros. El próximo 20 de octubre en el Estadio Nacional, buscará hacer una hazaña y es vencer al América de México 5-0 para poder clasificar.
En el fútbol nada es imposible señores y como buen hondureño comparto lema legendario del Ciclón Azul… ¡Soy Motagua y qué!