David Beckham llegó a los Estados Unidos, jugó con LA Galaxy y al parecer se enamoró de la liga.
El exjugador inglés sigue trabajando para crear una franquicia en la MLS, la cual podría salir a la luz en el 2018.
Aún no hay datos sobre el posible nombre del equipo, pero el papeleo ya se está haciendo y como es costumbre los rumores no se hacen esperar.
Según algunos medios británicos, Beckham confía en tener en su equipo a un amigo, a un hermano, a un alero, como diríamos aquí en Honduras, hablo nada más y nada menos que del máximo goleador histórico de Inglaterra, Wayne Rooney.
El “Niño Malcriado” tiene contrato con los diablos rojos hasta el 2019, así que si se ponen de acuerdo con Beckham la contratación no sería muy complicada, ya que según los diarios, Rooney vería bien un cambio de ambiente futbolístico.
Primero fue Beckham, luego Steven Gerrard y también Frank Lampard, jugadores históricos de la Barclays Premier League han llegado a la MLS y se han vuelto referentes del torneo. Rooney podría ser el próximo.
Dinero, dinero, dinero
El crecimiento de la MLS ha sido notable, no solo por las contrataciones que realiza, si no por todo el entorno que los rodea.
Estadios de primer nivel, equipos altamente competitivos, aficiones que poco a poco se integran a un proyecto enorme que tiene los Estados Unidos con su liga profesional de fútbol.
Venir desde Europa a terminar tu carrera en un país no futbolero es extraño, algunos buscarán cambiar de aires en cuanto al fútbol y otros solo querrán asegurar su futuro, lo cual no es malo, la verdad es algo muy inteligente.
Para cerrar una de las fases del crecimiento de la MLS es necesario que uno de sus equipos gane la Liga de Campeones de la Concacaf, algo que se torna muy difícil por el poderío de los equipos mexicanos en el torneo, pero también es algo no imposible.