El 19 de junio se celebró el draft de la NBA de 1984. Los equipos que seleccionarían en las primeras posiciones estaban ansiosos por elegir a un hombre de altura, alguien grande que los ayudara a tratar de alcanzar la élite de este deporte.
Houston Rockets fue el primero y seleccionó a Akeem Olajuwon (en ese entonces no tenia la H en su nombre, historia que les contare otro día) y el segundo mejor hombre grande era Sam Bowie, que fue escogido por Portland Trail Blazers. Así como lo leen, dos equipos prefirieron a estos jugadores antes que a Michael Jordan.
Chicago tampoco quería a Jordan, buscaban a un hombre alto, pero al final tomaron la mejor decisión e hicieron el negocio de su vida. Como mencioné antes fue un 19 de junio que fue seleccionado, pero no fue hasta el 12 de septiembre, exactamente hace 31 años, cuando Jordan firmaba el contrato que lo ligaba a los Chicago Bulls por poco menos de un millón de dólares.
Cinco años después lo renovaron por 25 millones de dólares, empezó la era de dominio de Jordan en los noventas y con ello una explosión publicitaria que incluía contratos del jugador por 18 millones con Gatorade por se su imagen y con Nike por medio millón de dólares y que años después significaría ingresos anuales de 60 millones para MJ.
Los Bulls no se equivocaron y lo demás es historia. Ficharon al mejor jugador de todos los tiempos del Basketball, crearon una dinastía que dio al equipo 6 títulos y una popularidad inimaginable por todo el mundo.