El Vuelo del Corredor… Adiós Rodrigo Bautista

Había dicho en mi columna anterior que este espacio lo dedicaría a contar historias insólitas o fantásticas de los deportes, perdón porque hoy faltare a ese compromiso.

Empecé a correr hace aproximadamente dos años, me encanta este deporte y lo practico de tres a cuatro veces por semana hasta el punto que en un mes correré una maratón.

A diferencia de otros deportes que no practico pero si me apasionan, no tenia un ídolo de maratones, una estrella, alguien que fuera el mero mero, es mas no se ni quien será el mejor maratonista de la historia o quien tiene los mejores records.

Pero hace un año aproximadamente conocí a este atleta, pequeño y liviano como una pluma, cuando lo miraba en las diferentes carreras de Tegucigalpa o alrededores no parecía que corría, era como si flotara en el aire con la naturalidad con la que las aves vuelan. Correr estaba en su sangre y se notaba que le apasionaba.

En una ocasión en Comayagua para una carrera que el no pudo ganar le pregunte: ¿Qué le paso campeón? Y con una sonrisa me respondió: “Ando enfermo amigo, una gran gripe, pero la otra semana me desquito en una carrera que hay en Tegucigalpa”

La penúltima vez que estreche su mano y lo felicite fue a principios de julio, Rodrigo se impuso sin ningún problema en la Carrera de Banco Central, creo que yo iba por el kilometro 8 de la primera vuelta cuando logre verlo escoltado por patrullas y sin ningún rival cerca cuando el ya iba por la segunda vuelta en el kilometro 15 o 16.

La ultima vez que lo vi fue una alegría incontenible, acababa de ganar la Maratón Gatorade, 42 kms, y su premio era viajar a la Maratón de Chicago, misma a la que iré. El orgullo de saber que Honduras estaría representada por este atleta de espíritu guerrero me motivaba e inspiraba mas en mi entrenamiento.

No diré que era mi gran amigo o un gran conocido porque tal vez lo trate 4 o 5 veces pero si se convirtió en mi ídolo de las corridas, en el mero mero de las carreras, el corredor al que admiraba de verdad.

Ayer el hombre de Yamaranguila dejo de correr y empezó a volar, se fue a gran velocidad volando allá donde todo es mas bonito, donde algún día lo volveremos a ver, flotando en las nubes, con esa velocidad que nadie puede alcanzar y con esa sonrisa que tenia cada vez que subía al podio.

 

Adiós Rodrigo, adiós crack, adiós ídolo.