Tévez. Pirlo. Vidal… Mi Vieja Señora envejeció con la marcha de estos tres jugadores, claves en el esquema de Allegri y en los triunfos en Serie A, Copa y Super Copa.
Y, más importante aún, bastiones para que la Juventus regresara a los primeros planos de Europa.
Pero los grandes de España, Inglaterra, Alemania y Francia, como tiburones que huelen la sangre, tenían un jugador en mente: Paul Pogba, la perlita negra.
El rumor es que era cuestión de tiempo para que abandonara al club.
Sin embargo, Pogba se quedó. Ahora es el diez (número que usaron monstruos como Platini, Del Piero y Tévez), uno de los nuevos ídolos, el llamado a convertirse en la nueva gran figura juventina.
Pero falta tiempo para eso.
Lo que quiero resaltar –y aplaudir-, es que se haya quedado a pesar de las ofertas que le llegaron.
Una de ellas se la hizo el Chelsea de José Mourinho. Según revela La Gazzetta dello Sport, el conjunto inglés puso encima de la mesa de lla Juve nada menos que 85 millones de dólares y un sueldo cercano a los 12 anuales para el francés.
La Gazzetta cuenta que las negociaciones se llevaron a cabo entre el 24 y el 25 de agosto, y aunque Mino Raiola, el agente de Pogba, estudió la oferta, al final el jugador dijo que no.
Y así, Pogba se quedó y ahora tendrá que demostrar toda su calidad para levantar a la Juve del peor inicio de su historia: dos partidos jugados, dos partidos perdidos.