Señor presidente JOH, todo lo que usted hace está mal

Por TRIPLE G/columnista invitado de Radio House

 

Ya no inaugure más mega Parques para que los niños, los muchachos, los adultos, los abuelos, se diviertan en paz y en tranquilidad. Porque la humildes, los más pobres, no tienen derecho a recrearse. ¿A quién le interesa que los abuelos se sienten en las bancas y les cuenten historias a sus nietos?

Aquí solo los de billete tienen derecho a pasarla bien. Los demás… ¡Que se jodan!

¿Para qué sigue extraditando a los capos de los carteles? Ya no gaste más su tiempo en eso, porque parece que la mayoría de los hondureños admira a aquellos que nos han bañado de sangre.

En esto de ser presidente usted nunca quedará bien. Como dice mi madre, si enchuta pierde, y si no, también.

Si pone orden en los centros penales -algo que nadie tuvo el valor de hacer en el pasado-, siempre sale más de algún tonto diciendo que eso no sirve para nada.

A los de la 18 y de la MS encarcelados los tiene quieto y le puso fin al feudo que estos tenían e Támara y en el Centro Penal de San Pedro Sula, que es de donde salían órdenes para extorsionar, secuestrar, robar, asesinar. Pero aquellos que están cegados por el fanatismo político dicen que esto tampoco sirve de nada.

Señor presidente Juan Orlando Hernández: TODO, TODO, TODO lo que usted hace es malo:

El Canal Seco que unirá al Pacífico con el Atlántico.

El Plan 20/20 con el que se busca generar al menos 300 mil empleos en los próximos años.

La baja del número de asesinados.

Que el número de turistas que llegan al año se hayan incrementado gracias al trabajo que este gobierno realiza de la mano del pueblo hondureño.

Ya no construya más pequeños aeropuertos para fomentar el turismo.

Detenga la construcción del Centro Cívico, pues parece que hay muchos que prefieren que el Estado derroche dinero alquilando edificios.

No continúe con la depuración policial, porque a nosotros nos gusta que la Policía esté llena de corruptos.

No siga con esa necedad de que Honduras tenga las mejores carreteras de Centroamérica.

Tampoco queremos el aeropuerto internacional de Palmerola; preferimos el aterrizaje de muerte de Toncontín. ¿Para qué tener un aeropuerto moderno? ¡Mejor cuchitril, que eso nos llena de orgullo!

Señor presidente: mejor sea chabacán, penco, payaso, tonto, diga frases como “Ahora sí, a apretar las nalgas”, porque eso es lo que nos gusta. No nos gusta que usted le haya devuelto a la presidencia la seriedad que se merece este cargo.

Póngale fin al acuerdo con Transparencia Internacional que le puso fin a las movidas en las compras de medicamentos en los hospitales públicos.

No siga con la necedad de atraer la inversión extranjera, ni siga con la construcción de viviendas sociales, porque los pobres no merecen vivir con dignidad, sino que en pisos de tierra, paredes agujereadas, techos por donde se filtra el agua…

Termine con el Honduras Actívate, que entre más gordos, enfermos, mantecosos y fuera de forma estemos, más saludables no sentimos.

Es que así somos los hondureños, nos molestamos cuando llega alguien y quiere hacer las cosas bien y nos dice que hay que soñar en que podemos construir un mejor país.

¿Para qué? Nosotros somos fatalistas, pesimistas, amargados… Así nos gusta ser.

Ah, y gracias por las 50 bolitas que me mandará por escribir esta columna.