Cuando veo que Roger Espinoza en una clara complicidad con el Kansas City, se rajó, cagó y le tuvo miedo al fracaso con la Selección Nacional de Honduras, simplemente me da lástima por él, por los jugadores que se hacen los lesionados y no quieren venir a la H. ¡Hoy jugaste! ¡Dejaste la patria por unos jodidos que llevan el grito de “indio” en la punta de la lengua!
Los que se inventan lesiones no son dignos de seguirlos, de considerarlos inspiración y mucho menos considerarlos los salvadores del posible desastre que se viene en esta eliminatoria. Los cobardes se mueren muchas veces, los valientes; una sola vez.
Los espasmos en la espalda. ¡Debe ser dolorosa! Para decirle que no a Honduras el lunes, pero jugar con todo, cuatro días después.
El “guerrero” Espinoza, al que nadie conocía hasta que Reynaldo Rueda le dio oportunidad en la selección, así devuelve el cariño, la admiración de los niños, así de fácil echa a la basura todo.
Es completamente decepcionante que un jugador que ya tiene su vida resuelta no quiera venir, así como los otros “lesionados” que tiene Honduras, que bien se podría hacer una selección completamente distinta a esta que tenemos.
Debería de aprender de los alemanes. Todos sabían que Podolski y Miroslav Klose no eran los mejores delanteros en sus equipos, pero cuando se ponían la camiseta de la “Mannschaft” parecían los panzers utilizados en la Segunda Guerra Mundial, es tanta la transformación que Klose es el máximo goleador en la historia de los mundiales por encima del fenómeno Ronaldo. El amor a la camiseta es indudable.
De ahora en adelante deberían exigir al menos que los jugadores que estén demuestren actitud, dignidad y respecto a la camiseta.
¡Cagones no queremos en la H!
¡Roger Espinoza, no tenes sangre!