“Nunca supimos por qué sacaron a Amado de Motagua”

NOTA DE REDACCIÓN: En menos de cuatro meses, www.radiohouse.hn se ha convertido, gracias a sus reportajes, entrevistas y credibilidad, en el sitio web favorito de los lectores hondureños. Aquí no mentimos ni especulamos, y, aunque publicamos notas internacionales, preferimos las historias y personajes con saborcito catracho. A partir de hoy -y hasta el fin de año-, volveremos a compartir con ustedes algunos de las mejores entrevistas realizadas entre el 31 de agosto a la fecha. ¡Que las disfruten!

Probablemente esta fue una de las entrevistas más difíciles de realizar para mí a lo largo de 6 años en prensa deportiva por la importancia del personaje, pero más que todo porque se la hice a una de mis mejores amigas.

Me envolví tanto en la entrevista, que al transcribirla quise transmitir cada emoción, para que ustedes sintieran y la conocieran como lo hice yo en una hora de entrevista.

Muchas veces, al asistir a los diversos estadios de fútbol, su esposo, Amado Guevara, fue acogido por las luces, reflectores y miradas.

El “Lobo” sigue siendo asediado con el fin de obtener un autógrafo, un saludo, o una fotografía.

Dejó su huella en los diferentes equipos donde militó en el extranjero. En el ámbito nacional se convirtió en el máximo representante del equipo azul profundo –Motagua-, y en el gran capitán de nuestra Selección Nacional. Así se ganó el corazón de muchos aficionados.  Por todo esto y más, es el “Amado” de la afición y hoy conoceremos a la persona que tiene que ver mucho con su éxito: su esposa, Lucía Aragón. Una mujer carismática, esposa, y madre de la pequeña Lucielle. A nivel profesional es Ingeniera con maestría. Una mujer espiritual que se autodenomina hija y sierva de Dios.

¿Qué hace Lucía Aragón en un día normal?

Lucía sonríe al pensar en sus labores diarias: “Me dedico de lleno mi familia, todo lo que implica manejar una casa y la iglesia, siempre hay tanto que hacer, máxime ahora que Amado se ausenta mucho de casa”.

¿Cómo te conociste con Amado?

Nos conocimos en un partido de fútbol para variar (se ríe recordándolo) El partido fue en San Pedro Sula, un amigo en común nos presentó. Pero él vivía en Estados Unidos, así que fue hasta sus vacaciones de regreso a Honduras que volvimos a tener comunicación. Mi hermana Yahel y él  coincidieron en un evento y desde ese momento la amistad retomó fuerza y se convirtió en noviazgo en diciembre de 2003. Para marzo de 2004 ya estábamos casados.

 

¿Qué te dijo tu familia la primera vez que llevaste a Amado a tu casa?

Como soy nicaragüense, en mi casa no se respiraba fútbol, sino beisbol y otros deportes; sólo a mí me gustaba el fútbol. Por esa razón no conocíamos mucho quién era Amado Guevara. Mi mamá le abrió las puertas, lo conoció y le cayó muy bien, pero a mi papá no, como todo padre celoso con sus hijas, no le pareció.

¿Y ahora?

Ahora lo aman, es un hijo más para ellos y un hermano para mis hermanos. Amado es un hombre extraordinario, humilde, la verdad no hubo alguna razón para que le cerraran las puertas. Sin embargo, antes de casarme, lógicamente mis padres me pidieron que no lo hiciera, porque estaba muy joven, y teníamos muy poco tiempo de relación y había el temor de que yo pudiera sufrir. Nos casamos cuando yo tenía 21 años y Amado 28. La decisión la tomamos por la distancia, él vivía en Nueva York y yo en Tegucigalpa. Nos casamos un 20 de marzo (para los Guevara-Aragón todo es 20) y ese año fue redondo, en lo profesional se ganó todos los premios a nivel individual en la MLS y en lo personal se acababa de casar.

Tu hija Lucielle, ¿Entiende bien quién es su padre?

Sí, ella entiende muy bien quién es su papá, ella está muy orgullosa de él, ama a su padre sobrenaturalmente. Lucielle sabe que su papá fue un gran jugador y que ahora es entrenador, y que algunas personas se le acercan para saludarlo, pedirle autógrafos y fotos. Ella lo disfruta con él.

¿Planes para un “Amadito”?

O una Amadita (se ríe), si Dios quiere el próximo año podamos agregar otro miembro a la familia, pero por los momentos no.

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De novia a esposa a manager del Lobo Guevara.

Eso casi nadie lo sabe. A mi corta edad me convertí en la ayuda de Amado, pude colaborar con ciertos temas de su carrera gracias a mi educación y a mi pasión por el fútbol; asimismo, el ser bilingüe fue fundamental para establecer una relación con los directivos del equipo y de la MLS. Gracias a Dios pude desempeñarme bien en esa etapa.

¿Ya no es Lucía la manager de Amado Guevara?

No, ahora me dedico a ser su esposa, madre y a disfrutar. Además, ahora que está en su faceta como entrenador no hay mucho que manejar, Amado lo hace solo.

¿Quién manda en el hogar Guevara-Aragón?

(Se ríe) Ninguno manda. Amado es mi cabeza y yo sólo soy la corona que adorna su cabeza. En nuestro hogar ambos obedecemos… Obedecemos a Dios. Como dice Amado: “Ahora pertencemos al equipo de Cristo y en este equipo nunca se pierde, nadie manda sólo Dios”. En este equipo todo es ganancia.

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Vemos en tus redes sociales que en fechas especiales tu esposo es muy detallista. ¿Siempre ha sido así el Capi?

Siempre ha sido muy detallista. Las primeras rosas que me dio venían con un anillo. Él me dijo al mes de ser novios que yo iba a ser su esposa y me compró un anillo de matrimonio (se ríe). Ahora le toca doble, me regala rosas y a mi hija también. No sé qué haría sin mis rosas.

MOTAGUA

¿Cómo se vivió la salida abrupta del Capi de Motagua en la familia?

Ese es un tema complicado del que nunca había hablado de manera abierta, es la primera vez que lo voy a hacer. El propio Amado lo ha hablado muy poco, pues fue algo muy triste. (Se toma su tiempo para responder…). A Amado lo separaron del equipo un 9 de Junio de 2013. Fue algo que nos afectó mucho como familia, ya que no nos lo esperábamos. De repente nos encontrábamos los dos solos en casa haciendo la fuerza para no llorar, y para no pensar en eso todo el día, pero fue casi imposible no pudimos contener las lágrimas a pesar de que nos escondíamos para llorar no logramos evitar el rostro lleno de tristeza.

Todo cambió de un momento a otro…

Sí, los entrenamientos, las rutinas, la alimentación, los compañeros, las concentraciones, los uniformes, los viajes, Amarateca etcétera se esfumaron como por arte de magia, de la noche a la mañana ya no formaban parte de la logística ni del estilo de vida de los Guevara-Aragón. Algo que no fue fácil de superar, una y otra vez nos preguntábamos el porqué de esa decisión,  y nunca supimos el verdadero motivo sólo que no había vuelta atrás. Pero nos agarramos de Dios y nos convencimos que detrás de todo ese sufrimiento y de esas lágrimas, había un propósito enorme de Dios para nuestras vidas y entendimos que a los que amamos a Dios todas las cosas nos ayudan para bien. Hoy estamos felices y seguros que Dios nos sostiene y nos lleva de victoria en victoria y que el tiempo de restitución lo estamos viviendo. Por eso todos los días doy gracias a Dios por Su cuidado y bendiciones para nosotros.

¿Fue este el momento el más duro que atravesaron como matrimonio?

Sí, definitivamente, un categórico sí.

¿Cómo llega la oferta de Marathón?

Cuando la directiva de Motagua anuncia la separación de Amado, inmediatamente comenzaron a llover las ofertas. ¿Quién no hubiese querido a Amado Guevara en su equipo? Un excelente jugador, técnica y tácticamente, con liderazgo y carácter. Todavía no veo otro como él en el fútbol hondureño. Precisamente fue Marathón el primer equipo en mostrar interés, lo hizo por medio de su gerente deportivo, Rolando Peña, él se comunicó con Amado y le hizo saber el interés que existía para contratarlo. Tuvimos que esperar seis meses, hasta enero, que empezara el Torneo Clausura para que Amado pudiera  firmar con el club.

¿Qué tan cierto es que Olimpia tocó las puertas de Amado Guevara?

Piensa antes de contestar y sonríe: “Don Osman Madrid es alguien muy respetuoso a quien le tenemos muchísimo cariño. Siempre nos ha apoyado. Aprovecho para agradecerle públicamente por todo el apoyo y cariño recibido”.

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SELECCIÓN NACIONAL

Amado, un líder dentro y fuera de la cancha. Un capitán que después de 28 años lleva a nuestra Selección Nacional a un Mundial. ¿Cómo fue ese proceso para ir a Sudáfrica 2010? ¿Qué pasaba por la mente de ustedes durante esa etapa?

Amado fue ayudado por Dios. Había grandes jugadores en esa generación, una camada de jugadores extraordinarios. Y Amado tuvo el privilegio de ser el líder y capitán de todos ellos. Aunque no fue una tarea fácil de cumplir. La responsabilidad era enorme, pues el capitán no sólo juega, sino que también tiene otras funciones como la de velar por el bienestar de sus compañeros, involucrarse en temas extra futbolísticos. Además, de constantemente darles ánimo, indicaciones, gritos, etcétera, en cada partido.

He escuchado que algunos ex compañeros le siguen llamando Capi…

Sí. Una cosa es llamarte líder y otra es que te vean y te respeten como tal. Amado logró tener ese respeto de sus compañeros y de los profes. De hecho, el profesor Reynaldo Rueda fue quien lo apodó el Capi, y hasta el día de hoy cada vez que se comunica con alguno de los que integraban el cuerpo técnico del profe Rueda le siguen llamando Capi. Pero fue algo que se ganó a puro trabajo, dedicación, esfuerzo, compromiso y amor a la camiseta. Definitivamente su vida profesional y personal le ayudaron. Un buen líder debe llevar una vida ejemplar y estable dentro y fuera de las canchas. Al día de hoy muchos ex compañeros le siguen llamando capitán.

¿Dónde estabas cuando Honduras clasificó al Mundial?

Estaba en la casa de mis papás, arrodillada frente al televisor, pidiéndole a Dios un milagro. Yo tenía la fe de que Amado iba a regresar a casa con la clasificación al Mundial de Sudáfrica en sus manos.

DE JUGADOR A ENTRENADOR

Contanos sobre la transición de jugador a entrenador. ¿Cómo se da?

Desde que Amado se retiró de la Selección (no de equipos ya que seguía jugando en Liga Nacional) tenía la idea de ser entrenador. Desde ese momento empezó sus estudios a distancia en México, donde existen cursos entre torneos. Ya que no podía seguir el ritmo de las clases de lunes a viernes acá y jugar al mismo tiempo. Amado tomó el curso y viajó a México para realizar los exámenes prácticos y teóricos, los cuales aprobó, sin embargo, un requisito para obtener el título es que debía ser jugador inactivo y él todavía estaba jugando así que no se pudo.

¿Y qué pasó después?

Luego, cuando lo separan de Motagua, decidió retomar los estudios para entrenador y sacó el primer nivel; cuando se retiró totalmente de jugar, sacó el segundo nivel aquí en Honduras y posteriormente obtuvo una beca para irse a estudiar a Alemania, que la Fenafuth y el profesor Cristopher Rocholl hicieron posibles. Este curso lo avala para ser asistente técnico en Alemania y otros lugares de Europa. Regresando a Honduras recibió todos los cursos FIFA que impartieron en el país. Y de repente, sin imaginarlo, sin pensarlo, sin siquiera pedírselo a Dios, Amado tuvo el privilegio de ser elegido para ser el entrenador asistente del Profe Pinto en la Selección Nacional.

¿Quién se los comunicó? ¿Te llamaron a vos como manager de Amado?

Se ríe: “No, no, no. Para nada aquí en Honduras, nunca tuve injerencia en ese aspecto, sólo a nivel familiar. Fue el profe Pinto quien lo llamó directamente, el profe hace las cosas él mismo, es un hombre que trabaja mucho y todo lo tiene bien planificado. Es admirable”.

¿Qué le dijo Pinto en esa llamada a Amado?

Nosotros estábamos en casa cuando Amado recibió la llamada, el profe Pinto fue directo y le preguntó si quería ser el entrenador asistente. Amado me abrió los ojos como nunca y le conozco sus facciones de felicidad, tristeza, asombro, de todo. Cuando le miré los ojotes y las pestañotas y escuché: “¿Yo, profe?”, sorprendido, entonces me levanté de la silla donde estaba y le hice señas preguntándole de qué se trataba… Ahí mismo escuché cuando él le dijo: “Claro que sí, maestro, eso es un honor para mí, pero… ¿Está seguro?

 

Pocos esperaban esa decisión…

(Se ríe). No es secreto para nadie que mi esposo no tenía experiencia como entrenador en primera división. No tenía más que varios cursos y una oferta para dirigir en segunda división. Amado fue honesto y se lo comentó al profesor, pero eso era algo que él ya conocía, lo tenía estudiado, sabía perfectamente todo lo referente a Amado. Es admirable lo metódico y sistemático que es el profesor Pinto. Sin lugar a dudas su trabajo y compromiso contribuyen mucho al fútbol hondureño.

¿De quién fue la idea?

La decisión la tomó únicamente el profesor Pinto. No fue la Fenafuth, ni los directivos. Hubo mucho asombro, algunas personas se opusieron argumentando la falta de experiencia, pero para los hijos de Dios no hay imposibles y esas son las maravillosas y extraordinarias maneras de obrar de Dios.

¿Qué tan diferente es tu vida ahora que Amado es asistente técnico de la Selección Nacional y la Sub-23?

Hace cinco meses nombraron a Amado y desde ese momento la vida nos cambió por completo, pero para bien. Ahora Amado siempre está ocupado, trabajando mucho y de concentración en concentración o de viaje con la H-23 y la Selección Mayor. Le damos infinitas gracias a Dios y al profe Pinto por esta oportunidad. Amado aporta sus conocimientos y experiencias y a la vez aprende de un magnífico entrenador, de todo un maestro. Eso no tiene otro nombre que bendición.

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